Paraguay no exporta pobreza, expulsa riqueza


El Paraguay, desde que uno tiene memoria, se da el lujo de “exportar” lo mejor que tiene, y se puede decir que hasta lo desprecia: el capital humano.
Porque, ¿cuál es el mayor capital que tiene una nación o un pueblo?, ¿es su suelo, son sus ríos, sus montañas, sus bellezas naturales?; no, no es nada de esto: es su gente, son sus habitantes; que con su labor transforman el medio en que viven y así producen la riqueza, que es la suma del capital, el trabajo y la tierra.
Vivo en el extranjero y conozco, como muchos, a compatriotas que han emigrado y que en el exterior se destacan y destacaron. Las razones de su emigración fueron muchas, generalmente económicas o de falta de oportunidades, también están las políticas que directa e indirectamente viene a ser la mayor de las causas de la gran emigración paraguaya.
Entre estos emigrantes conozco y conocí empresarios, profesionales médicos, abogados, ingenieros, todos de brillante nivel, tanto en lo humano como en lo profesional. No hace mucho conocí a una odontóloga paraguaya, que me atendió y me contó algo de su historia: no pudo estudiar en su país, es un caso más de abuso de poder o de un poder que quiso abusar de ella para “facilitarle” sus estudios, que ella rechazó y escapó, y que hoy es una persona que formó una familia y tiene tres títulos universitarios y va por un cuarto, todo conseguido con mucho esfuerzo. Conocí a un doctor, que falleció hace unos años, el Dr. Cuevas Menchaca, él tenía una Mención de Oro junto al Dr. Ivanisevich, por descubrir una nueva técnica de cirugía; conocí a muchos exiliados profesionales de enorme capacidad intelectual y HONESTOS; muchos ex combatientes, que a pesar de sus años tenían una vitalidad y alegría envidiables. En fin, también conocí a muchos trabajadores que humilde y diariamente, se levantan muy temprano y viajan largas distancias para estar al pie de la obra, o en una oficina, o en un restaurante; a mujeres que realizan trabajos en casas de familia; y la gran mayoría de ellos a fin de año se movilizan en masa durante quince días a su patria, su pueblo, llevando a sus familias el producto de su trabajo, la riqueza que han producido; y a su vez esta inmensa masa de gente al movilizar miles de transportes en su eterno retorno, a su paso genera innumerables fuentes de trabajo y aporta muchos millones al erario.
Y así como están los exportadores de soja, de carne, etc., se puede entender que también están los “exportadores”-expulsores de esta riqueza humana, y ahí están, apoltronados y atornillados, en sus puestos de combate públicos, en sus bancas, en los ministerios, en sus seccionales, comités y en sus “líderes” populistas.
Queda claro que el Paraguay NO exporta pobreza; es al revés, exporta, mejor dicho expulsa, a los productores de riqueza. Por tanto, esto quiere decir que la pobreza no se va, se queda en su país y está muy cómoda; la pobreza se ha enquistado y como un cáncer va en progresivo aumento; se la puede ver en la corrupción, en los legisladores tavy, en la “justicia”, en la falta de ideas, y sobre todo en las declaraciones políticas, que solo serían acertadas en el Reino del Revés.

Rafael Luis Franco

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