El hombre paraguayo

03 DE SETIEMBRE DE 2015 01:30


En una de las obras que escribió el Dr. Juan Stefanich, canciller durante el gobierno del coronel Rafael Franco, 1936-1937, describe algunas características del hombre paraguayo, que a mi modo de ver no son propiedad exclusiva de nuestra idiosincrasia, considero que también pueden ser aplicadas a personas de otras latitudes. El libro fue publicado en 1959, hace más de medio siglo, pero su vigencia podemos decir está intacta, porque, como bien conocemos, las características humanas, vicios y virtudes, no han cambiado mucho a lo largo de milenios. A continuación transcribo cómo nos describió el mencionado autor en su obra:
“Dentro de la personalidad compleja del paraguayo conviven cuatro tipos o subtipos de hombres y cuatro estados de alma: I. El paraguayo histórico: valiente, silencioso y estoico, capaz de los más extremos sacrificios por su patria; II. El paraguayo jactancioso: valentón, primitivo y chabacanero, que todo lo atropella con ordinaria agresividad; III. El paraguayo pícaro: taimado e hipócrita, que acomoda la vida, la patria y las cosas a su personal y egoísta conveniencia; IV. El paraguayo de estirpe: señor y caballero, de castellana hidalguía, de guaranítica sencillez hospitalaria y de severa rectitud moral”.
Seguidamente agrega, el primero “ha lucido y brillado en las dos epopeyas patrias” (1865 y 1932), mientras que el segundo y tercero predomina en las épocas anárquicas y de lucha fratricida. Sobre el cuarto, el autor refiere que es el tipo tradicional de la sociedad patriarcal y una esperanza futura.
De más está decir que es fácil ver estas características en el otro, sobre todo la II. tipología, que hoy aflora como hongo en la realidad virtual; y también la III., que abunda y se muestra con total desparpajo en el mundo político de los tradicionales partidos. Pero lo difícil, el desafío y lo más importante es, para mí, poder verlas en uno mismo. Ahora, más allá de que se pueda estar de acuerdo o no con esta opinión, sería interesante de ver en cuál de las categorías uno cree o querría estar y si hacemos algo para ello.
Nos dice al final Stefanich: “La república está esperando que despierte dentro de cada paraguayo el señor y el caballero que llevan adentro y que tienen derecho a primar sobre todos los subtipos que se han sobrepuesto a su naturaleza limpia y honorable de las horas más grandes de la vida y de las glorias de la nación”. Para reflexionar, ¿no?
Rafael Luis Franco