DE REFORMAS Y ENMIENDAS

Observando la Constitución norteamericana, que tiene más de dos siglos (1787), vemos que ellos en todo este tiempo han hecho veintisiete enmiendas a la misma, siendo la última aprobada en 1992, pero el detalle y rareza de esta última es que se propuso en 1789, sí, más de dos siglos, una enmienda propuesta a dos años de su promulgación (se tomaron su tiempo los muchachos), y se trata nada más ni nada menos que de la variación de la remuneración de los legisladores (algo impensable por estos pagos, que todos los años se aumentan la dieta y la antidieta, los bocaditos).
Hay otra enmienda interesante de observar, la 22º, propuesta en 1947 y refrendada en 1951, en donde se limita a dos períodos la elección del Presidente, lo que quiere decir que desde 1787 ellos podían re-re-re-reelegirse indefinidamente (¡y después bastardeaban las dictaduras urbi et orbe!, la propuesta de ellos es “debes hacer lo que yo digo pero no lo que yo hago, no me conviene que hagas lo mismo”; claro que bajo cuerda siempre financiaron las de izquierda, una sutil manera de eliminar la competencia, pero esa es otra historia).
En 1919, con la enmienda 18º, establecieron la famosa Ley Seca, ley que muchas muertes causó ya sea por ingesta de alcoholes truchos o peleas mafiosas, amén de cirrosis y dolores de cabeza interminables, ley que a su vez generó un crimen organizado aumentando el poder de las familias mafiosas, además de la evasión multimillonaria de impuestos. Ley que recién fue derogada catorce años después (1933) con la enmienda 21º, tomándose casi un año para aprobarla (parece que Al Capone, los Corleone y otros eran grandes cabilderos).
—Y reformas, ¿cuántas hicieron?
—Ninguna.
—¡No me joda!
Sí, jamás hicieron una reforma constitucional. Por qué, porque el camino más directo, menos traumático, más económico y menos engorroso es la enmienda.
Los yanquis tienen una popular frase que suelen aplicar y dice: “hacela fácil y rápido tonto”, o algo así; viene a ser un principio de vida que tienen para todo, que les indica hacer todo más simple, no dar vueltas al asunto e ir por el camino más directo, no complicar las cosas; porque es de tontos y estúpidos complicarlas; y las estupideces cuestan muy caro.
Espero que este pequeño aporte sirva de algo en estos revueltos tiempos, aunque sé que es lo mismo que pretender apagar el incendio de un bosque arrojándole un vaso de agua; pero este vasito va dirigido a: los reformadores-deformadores, a los intelectuales del subdesarrollo, a los que no leen ni el almanaque y opinan como “Zaratustra”, a los ideologizados-endemoniados, y sobre todo a los intelectuales y periodistas pirómanos, que disfrutan ver cómo los idiotas útiles incendian el bosque.

Comentarios

Julián ha dicho que…
Como reflexión está buena ya que hace una descripción cronológica y lineal fácil de entender y de seguir. Pero no llega a la emoción del corazón y de los impulsos más aguerridos con los que los paraguayos nos identificamos con crudeza. Bien. Ahora porque no estAmos demostrando que hemos aprendido la lección?... Somos de cerviz dura. Obsecuentes más no reflexivos ... Quizás lo que nos defina en este texto sea lo de autoritarios sin autoridad e indolentes en lo ético....Nos falta la unidad y sobre todo el orden. No cumplimos con nuestro cántico patrio...Unión e igualdad.No sé porque cornos no ejercemos lo que simboliza nuestro gorro frigio:Libertad Verdad y Justicia en Fraternidad ....
Rafael Luis Franco ha dicho que…
Se trata de reflexionar, no de echar más leña al fuego. No entiendo eso de emocionar, alimentar impulsos aguerridos, etc., parece que lo que buscas es alguien, un populista, una persona que no razone, que te aliente a la lucha, ¿a qué lucha y para quién? ¿A ser carne de cañón? ¿A ser un idiota útil? ¿Necesitas alguien que te mienta?

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