Democracia y cultura
(Publicado en La Nación, Asunción, el 7-9-2007)
En nuestro país muchos aún le siguen echando la culpa de todas nuestras desgracias al difunto dictador
Stroessner, y este ya hace 18 años que dejó el gobierno y está muerto y
enterrado; otros van un poco más allá y se
la echan al doctor Francia. Explican que nuestras taras, falta de visión
democrática, etc., se la debemos a las dictaduras del
Supremo y del “rubio”. Hoy, por ejemplo, 4 de
setiembre [2007], leo un editorial del diario
ABC donde nos explica que nuestro país no tiene una democracia sino una “asnocracia”, alegando que “treinta y cinco años de inquisición terminaron por asfixiar
el espíritu crítico y casi extinguir la llama de la libertad de expresión”. Agrega que “en vez de
pensar para elegir, el pueblo termina eligiendo sin pensar, impulsado solo por la emoción. Los asnos que llegan al poder de esa
manera solo pueden esperar mantenerse en esa
posición destruyendo a las elites, a los grupos
pensantes”.
Antes de continuar aclaro que no
me molesta, para nada, que el editorialista llame “asnos” a nuestros gobernantes. Pero será tan así, a su vez el
razonamiento planteado se apoya en una frase de Giovanni Sartori, un
prestigioso investigador en el campo de la ciencia política, al que habría que
leer y releer seguramente.
Si bien las dictaduras dejan
secuelas creo que no es válido echarle la culpa de todos nuestros males solo a este hecho. Es
que acaso la dictadura existió solo en el
Paraguay; por supuesto que no, ya que desde 1950 a la caída del “rubio” hubo varias otras
en distintos países: en Venezuela, en Nicaragua, en la Argentina, en el Brasil,
el Uruguay, Chile, el PRI en México, etc.; los lectores pueden colaborar si
quieren. Crucemos el océano: España, Portugal, Grecia, la ex URSS, China,
Alemania oriental; bajemos al Africa, aquí es mas fácil porque qué país de este
continente no sufrió alguna que otra dictadura. Saltemos a Asia, Irán, Irak,
Turquía, Afganistán; y me acordé de Filipinas.
Yendo un poco más atrás en el
tiempo está el Japón, con su emperador al que creían un Dios; la China con sus
milenios de emperadores que cambiaron radicalmente por el emperador Mao; la
Italia de Mussolini; la Alemania de Hitler; la Francia de Napoleón.
Bien creo que con estos ejemplos
sobran para lo que quiero decir. Analicemos someramente a Alemania: un país que
es cuna de poetas como Goethe, Lessing y Schiller; de músicos como Beethoven,
Bach, Brahms y Wagner; de filósofos como Kant, Hegel, Marx y Nietzsche; y
científicos como Humboldt, Einstein, Planck y Gauss; ¿cómo se explica que un pueblo
tan culto en forma masiva se haya volcado en las urnas a favor de un psicópata
asesino como Hitler? ¿Y que una vez desaparecido este régimen sea otra vez una
potencia?, porque según el razonamiento de nuestro periodista tendría que haber
una “asnocracia” en estos momentos en Alemania producto de la brutal dictadura.
Y en España, cómo andamos. La dictadura de Franco va de 1939,
fin de la guerra civil, a su muerte acaecida en 1975, duró casi 37 años, dos
más que Stroessner; entonces, de acuerdo a los cálculos sesudos del
editorialista los españoles tendrían que tener una recontraasnocracia, pero
sabemos que no es así por los miles de
compatriotas que emigran a la madre patria, y si consiguen radicarse empiezan a
mandar ayuda a sus parientes y ver la forma de llevárselos después; amén de ser
el país que más creció en Europa en las últimas décadas, también da gusto
escuchar los debates que nos transmite la televisión española y ver que ahí se
aplica en política lo que decía el viejo actor cómico: “ca uno es ca uno y ca cual es ca cual”.
Y China si bien no posee una democracia formal al estilo
occidental, que los habitantes en su gran mayoría m siquiera saben que tienen
un premio Nobel de literatura, nos enteramos que militares chinos lograron
hackear, en junio último, parte de la red informática del Pentágono; así
podríamos seguir ejemplificando con Italia, con Rusia, con Brasil, con Chile,
con Uruguay, con... Y qué quiere que le diga, yo no veo en ninguno de ellos “asnocracias” a pesar de
que han padecido dictaduras peores que las del Paraguay.
El editorial nos habla de que la
nuestra produjo “la tortura y en algunos casos hasta el asesinato fueron los
instrumentos con los cuales se enseñoreó el terror en la República; terror que
paralizó toda la sociedad, desmanteló las organizaciones sociales y descabezó
ios partidos y movimientos políticos, dejándolos reducidos a simples sombras, a
patéticos remedos de lo que habían sido”. Es
que en los países que mencioné no pasó otro tanto y con mucho más dureza en
varios de ellos.
Lo de que estamos “jlbarizados” no lo entiendo bien. ¿Querrá decir que la dictadura nos ha
reducido la cabeza? Y cómo no entendí bien me ful a la wikipedia y encontré: “Jíbaro
es hombre mestizo para los mexicanos; los campesinos descendientes de indio y
español en Puerto Rico; un sombrero que se luce en Panamá; alguien huraño en
Cuba; un vendedor de marihuana en Colombia; indígenas conocidos por reducir cabezas en Ecuador y hartarse de comida en algunas
regiones de Colombia”. ¿Cuál de todas estas
acepciones nos cabe a nosotros?, yo me quedo
con lo de “vendedor, de marihuana, al estilo
colombiano”, ya que nadie va a negar que en
nuestro país… si en una época fuimos primeros
exportadores de petit grain hoy lo somos sin duda de la Cannabis sativa (sin
retenciones, sin iva, sin vergüenza).
Si concuerdo cuando dice: “...la democracia no
puede construirse si no es sobre la base de un liderato honesto, capaz y
patriota, el cual brilla por su ausencia en el Paraguay de hoy”.
Pero dejemos ya de una buena vez
de echarle la culpa al “rubio” o al doctor Francia
y veamos los buenos ejemplos que nos da el mundo en que han salido de
situaciones peores que la nuestra. Porque en definitiva si nos quedamos con
esta teoría propuesta por el editorial, que seguramente muchos compartirán, se
me hace que en un futuro nada va a cambiar y también da la impresión que
aquellos que se quejan con estos argumentos son, justamente, los que no quieren
que nada cambie.
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