Atrapados con salida

Más allá de las bromas sin mala onda, comparaciones de si los mineros hubieran sido paraguayos, argentinos, etc., que nos llegan vía internet, y las reflexiones que han provocado en el mundo la odisea de los mineros chilenos, me cabe a mí hacer una reflexión: Es que acaso nuestro país hace rato no está metido en un pozo, y al revés de los mineros atrapados, que eran 33, en nuestro caso parecería que los 33 son los únicos que están en la superficie y los millones restantes atrapados en un sistema semidemocrático, que esperan no un equipo especialista en la materia sino un brujo que milagrosamente los rescate de la pobreza.

Los milagros en política no existen; un gobierno es una mesa de cuatro patas, no de una: un Ejecutivo; un Legislativo, que debe ser elegido democráticamente y no en listas sábana, es la única manera que van a representar realmente los intereses del pueblo; un Judicial, que se integre por concurso, con los más calificados y de conducta honorable; y la prensa independiente, esencial en un sistema democrático.

El personalizar, o centralizar, en una figura la suerte de una nación es un error; a la vez que inconscientemente se busca a un dictador desvía las responsabilidades que les competen a los otros poderes, que si funcionan como corresponde son los que a la larga pueden generar políticas de largo plazo de crecimiento sostenido; son los que pueden terminar con la inseguridad física y jurídica; los que pueden plantear reclamos internacionales. Si estos poderes funcionaran, recalco, como corresponde, podríamos tener, circunstancialmente, un presidente del signo que sea que no va a poder modificar a su antojo el rumbo marcado, por más bolivarianudo que sea. Así, hace rato, lo tienen claro varios de nuestros vecinos del continente, brasileños, uruguayos, chilenos, colombianos, etc.; y, mal no les va.

Rafael Luis Franco

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