Periodismo y poder
15/9/2016
Un medio privado puede contratar al periodista que se le da
la gana, también echarlo si el propietario cree que no cumple con sus pautas o
criterio editorial; es un derecho que le asiste, fuere el negocio que fuere.
Lógicamente el despedido tiene el derecho también a protestar si cree que su
despido es injustificado y ahí están las leyes que lo protegen, ahí está la
indemnización como un resarcimiento a la injusticia, pero por más que patalee
el ex empleado no volverá a su antiguo trabajo, es lo más probable.
Del otro lado están los dueños del medio, que en este sonado
reciente caso de renuncia aduciendo censura, pertenece a la familia del actual
presidente, que además tienen otros, y es evidente que los han comprado para
tener una prensa favorable a la actual gestión, y como dije antes tienen todo
el derecho de llevar la línea editorial que les parezca. Y es a ellos que hay
que recordarles, por si no conocen, aquello que dijo el tres veces elegido
presidente de la nación argentina Juan D. Perón, quien llegó a tener en sus dos
primeras presidencias prácticamente el control de la totalidad de los medios,
expropiaciones mediante; el argentino dijo lo siguiente: “Cuando tuvimos todos
los medios en contra subimos al poder (1946) y cuando los tuvimos todos a
nuestro favor caímos (1955)”. Otro tanto pasó hace poco en el vecino país,
donde el matrimonio, a lo largo de doce años, logró tener casi el control
absoluto de los medios, que repartió la pauta oficial discrecionalmente a los
que les eran favorables, que compró medios vía empresarios que le eran amigos,
así y todo hace unos meses, con casi todo el aparato a su favor, los recursos
del Estado, etc., la viuda perdió las elecciones.
Un periodista puede decir lo que quiera en un medio, pero de
ahí a que tenga credibilidad es otra cosa; la gente antes que escuchar las
noticias mira su bolsillo, ve la realidad de la calle que transita diariamente,
ve las obras, ve la inseguridad; y si bien hay personas manipulables o
influenciables, estas no son tantas, son una minoría, y si un periodista
pretende mostrar un país de maravillas, un paraíso idílico o lo contrario, un
infierno, la gente se da cuenta; si le macanea sencillamente deja de seguirlo;
¿por qué cree que la izquierda tiene tan pocos seguidores?; si fuera lo
contrario Perón nunca habría caído como tantos otros dictadores que tienen o
tuvieron el control absoluto de la prensa, sino fíjense lo que pasa actualmente
en Venezuela.
No hay peor error para un gobierno que pretender manipular a
la prensa; el gobernante solo debe ocuparse en hacer su trabajo, no hay mejor
propaganda que esta.
http://www.abc.com.py/lectores-opinan/periodismo-y-poder-1518817.html
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