Nuestro presidente no da el perfil para estar en el Mercosur
Como ya lo he expresado hace más de dos años en una nota “Zelaya y Honduras, Lugo y Paraguay”, que Lugo no debía haber sido destituido y que nuestros legisladores no debían de caer en la tentación del juicio político; también expresé en su oportunidad, a fines de 2009 cuando ya se hablaba de su salida por esta vía, que si esto pasaba era porque había una connivencia entre un sector político de liberales, colorados y también con cierta extrema izquierda, ya que el único beneficiado, si tal cosa ocurría, sería el mismo Lugo y su entorno, con la consiguiente confusión y probable anarquía política.

Da la
impresión que los actores son los mismos y la película una remake: en aquella
oportunidad murió gente inocente en la plaza, en esta policías desarmados
fueron alevosamente asesinados; en aquella hubo un magnicidio aún no aclarado;
en esta difícilmente se descubra quiénes fueron los autores de los primeros
disparos que terminaron con la vida de seis policías y once campesinos; en
aquella ocasión cayó un gobierno, en esta también; en el marzo paraguayo la
izquierda apoyó el golpe institucional, en este “golpe de estado” se presentan
como víctimas, pero hasta ahora son los que más réditos políticos están sacando
de esta situación; muchas similitudes.
Lo que
deberían hacer los luguistas, para despegarse de los crímenes, del golpe y de
cualquier suspicacia política, es bregar para que se esclarezca la matanza de
Curuguaty, que fue el detonante para desestabilizar y hacer caer al gobierno de
Lugo; la búsqueda hasta las últimas consecuencias de los responsables
materiales e intelectuales debe ser su norte, su absoluta prioridad; porque lo
contrario, si sólo se quedan en que fue un “golpe de estado”, “que Lugo fue
destituido por un complot liberal-colorado”, “que fue un golpe parlamentario”,
etc. etc., y no buscan esclarecer el hecho, al final va a ser inevitable que se
los vincule; porque a los únicos que beneficia en definitiva esta situación es
a los propios luguistas.
Por otra
parte, no creo que dure este gobierno de transición, ya le eligieron
rápidamente un vice; raro no, es como cuando al costado de la cancha vemos a un
jugador precalentando, un cambio se viene seguro; además, sus correligionarios
me parece no confían mucho en él; por tanto va a estar muy condicionado por los
desestabilizadores tanto internos como externos y este desgaste político, inevitable,
puede terminar con su carrera; así que pienso que lo más probable es que
termine renunciando en poco tiempo. El otro panorama, y es el que supongo desea
la mayoría, es que cumpla lo que le queda de mandato para entregar el bastón de
mando y pueda hacer una excelente gestión, de manera que los beneficiados son
dos: primero la República
y luego él mismo, ya que es joven y tiene muchos años por delante para
continuar su carrera política. Pero para que pueda llevar adelante una buena
gestión, un consejo: deberá escribir diariamente apenas se levanta en un
cuaderno o pizarrón: “No debo ser nepotista, No debo ser…”, asi unas quinientas
veces por lo menos.
Por lo
pronto, hay otro beneficio extra para los neosocialistas siglo 21 proporcionado
por la masacre de Curuguaty, y hay que felicitarlos por este logro que tanto
buscaron: ya casi está el líder de los bolivarianos, Hugo Chávez, dentro del
Mercosur; y Paraguay, la única barrera que hasta ayer se oponía legalmente a su
ingreso, afuera, sin voz ni voto. Un detalle que se puede observar en la foto
oficial de la reunión de Mendoza donde falta nuestro representante:
extrañamente el alineado en la extrema izquierda es Piñera.
Por otro
lado, también podemos observar que nuestro nuevo mandatario, al revés del anterior,
se ve que no da el perfil ideológico requerido para estar al lado de tan
ilustres personajes; y por lo visto tampoco debemos limitar esta censura a una
mera posición política, también no tiene un escandaloso pasado; tampoco, que yo
sepa, es un borrachín; no tiene problemas de bipolaridad y narcisismo; hasta
ahora no se le conocen conexiones con el mundo del narcotráfico y no tiene
antecedentes de haber participado en el terrorismo de los setenta; como verán,
es sólo un pobre político neoliberal, que no encaja en el actual paisaje
mercosuriano.
Así que
paciencia, porque seguramente de los próximos comicios surgirá algún mandatario
con el curriculum requerido para estar de vuelta con voz y voto dentro del
Mercosur, Parlasur o Unasur; y alguna que otra nueva asociación que en el
ínterin se les ocurra inventar, que de seguro terminará en ur. De paso, si me permiten, me atrevo a aportarles una idea a los
líderes siglo 21 por si se les da por formar un nuevo grupo, que de paso
reivindica nuestro dulce idioma guaraní: el Mondasur.
Rafael
Luis Franco
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