De izquierdas, tiranos e ideologías

La columna de los sábados de AVP, del diario “La Nación”, es a veces interesante otras menos, pero siempre polémica. La última (“¿Qué significa históricamente la izquierda?”, 20-6) explica el origen de la izquierda y nos cuenta que existe un socialismo liberal, que no hay que confundir con el socialismo marxista, al que parece adscribir el autor, al liberal. Y lo que iba a ser un simple comentario al artículo, al final se extendió un poco y dio pie a este análisis.
Si bien el término izquierda arranca en las asambleas legislativas en París, en 1791, donde a la derecha se sentaban los partidarios de la monarquía y a la izquierda los Girondinos, revolucionarios moderados; mientras que en el centro se ubicaba el Llano, los políticamente indefinidos, y en la parte de arriba observaban los Jacobinos, más radicales y de métodos violentos que son los que desataron el terror, llevando a la guillotina a miles de aristócratas, sacerdotes y monjas, también a muchos girondinos, compañeros de ruta al inicio de la revolución, la carnicería terminó cuando la cabeza de su líder Robespierre rodó en la guillotina; cualquier similitud entre socialistas y bolcheviques no es pura coincidencia.
Pero el término "izquierda" como concepto que connota identificación con el pueblo, el proletariado y la defensa de sus derechos recién cobra fuerza en el siglo XX, aunque hoy día la gente autotitulada de izquierda prefiere llamarse progresista, en contraposición a la palabra conservador. En verdad nada más lejos de la realidad el concepto y connotación del término izquierda; porque jamás, históricamente hablando, han logrado una sola conquista social, por el contrario una vez en el gobierno las han quitado cuando no sojuzgado a los pueblos de la peor manera; el progreso bajo estos gobiernos es una utopía, son más bien regresistas; observen el gobierno cubano y verán que han convertido a la isla en un feudo, con un rey tirano que esclaviza a millones de personas: Castro llevó su país a la Edad Media cinco siglos después de que ésta desaparece, un poco tarde no.
Por otra parte, con la palabra izquierda se instaura un pensamiento maniqueísta, si hay una izquierda tiene que existir una “derecha“, por tanto todo lo que se le opone a la “izquierda” es de derecha o de extrema derecha, según convenga; a la vez que a la expresión “derecha“ le dan un concepto y connotación peyorativa. Hablar de izquierdas y derechas es, en realidad, hacerle el juego a minorías, grupúsculos, que se adjudican una representatividad que no tienen y nunca tuvieron: los partidos marxistas, socialistas, trotskystas, etc., que se proclaman de obreros carecen de obreros, los de campesinos carecen de campesinos, hasta los de estudiantes carecen de éstos. También es un anacronismo hablar de derechas y de izquierdas. La realidad es que estos grupos usan estos vocablos para encasillar o etiquetar a todo aquel que se le opone y generar prejuicios a su alrededor.
Otra falacia es creer que el nazismo y el fascismo fueron ideologías contrarias al comunismo. Hitler dijo: "yo no soy el vencedor del comunismo, soy su realizador" y de los diez postulados comunistas cumplió ocho, tres más que Stalin; Mussolini es de extracción socialista y toda su crítica posterior al comunismo fue para la platea, tras bambalinas comerciaba con Stalin y jamás criticó a éste por los millones de muertos por hambre y persecución en la URSS; también los fundadores del partido fascista francés son comunistas.
Por último, el columnista nos habla de un socialismo liberal, con el que parece identificarse. Si mal no entiendo debe ser el mismo con que también se identifica el vicepresidente, ya que hace pocos días en una entrevista expresó que él es liberal pero no de derecha, de izquierda; también es el que se identifica con la revolución francesa, que según ellos revolucionó al mundo; es el que se identifica con el odio a la Iglesia Católica principalmente, el columnista AVP cuantas veces puede lo manifiesta; otro clásico de este liberalismo social es la corrupción de las instituciones con prebendas y nepotismo; la institución FFAA no escapa, ascienden los oficiales que son manejables no importa la ideoneidad, con la consiguiente postergación de los mejores; también este liberalismo social podemos dividir en: liberales en las ganancias y sociales en las pérdidas; en definitiva, son los que nos llevan ahora al socialismo del siglo XXI: gracias al PLRA, franquistas, lainistas, balmellistas, etc., que apoyaron al padre Lugo, hoy lo tenemos a Chávez y Morales diciéndonos qué tenemos que hacer. Ya nos empujaron a una dictadura en 1940, que se les frustró por un tantito así; luego vinieron gobiernos dictatoriales que no pudieron controlar (Morínigo y Stroessner), pero acompañaron, los liberales sociales, como legisladores y en cuanto zoquete atraparon al vuelo.
La revolución francesa creó a Napoleón y los Napoleones que dominaron Europa y parte de América por varias décadas del siglo XIX; la bolchevique devino en ideologías que dominaron buena parte del mundo en el siglo XX mediante dictadores como Lenin, Stalin, Hitler, Mussolini, etc.; veamos qué nos depara el XXI con estos progresistas, adoradores del moribundo y último de los tiranos. ¿Logrará Chávez ser el sucesor? ¿Lograrán estos neodictadores desatar otra gran guerra mundial como lo hicieron sus predecesores? ¿Los liberales sociales y sus añagazas lograrán bolivarianizarnos? Y, si no conocemos nuestra historia es muy probable que tropecemos de vuelta con la misma piedra.

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