Uso de la fuerza



Ante la última noticia que conmociona a la sociedad, la del policía que dispara contra un auto en persecución, hiere a una criatura y si no hubo más desgracia fue por un milagro, junto a la actitud del ministro del Interior, me surge esta reflexión.

Creo está contemplado en la ley el uso indebido o excesivo de la fuerza policial, así como golpear a un detenido, no se debe hacer; menos se debe sacar un arma y disparar contra un auto, por más que no se detenga ante un control y sea perseguido; aún más, no corresponde dispararle en una persecución aunque se sepa que en el mismo van delincuentes, ya que los disparos pueden ir a cualquier parte y matar a personas que no tienen nada que ver con el asunto; esto suelen hacerlo los criminales en su huida, disparan a sus perseguidores e inclusive a ocasionales transeúntes de manera de herirlos y ver que la patrulla se detenga en su auxilio. Aquí el policía, o los policías, se comportó como un vulgar delincuente, un total irresponsable, que en situaciones de presión no atina a actuar como es debido y pierde el control.

Y si nos atenemos al relato del padre de la criatura baleada: “Lo que más me dolió fue cuando me agarraron, me pegaron en frente de mi hijo. Y él me decía papá me duele, papá me duele. Yo estaba esposado. Y ellos me empezaban a pegar. Lo único que les importaba era eso, apresarme. No les importó la vida de mi hijo...”, es más que repudiable la actitud de estos uniformados, unos bestias.

En los EE.UU., donde los policías tienen amplios poderes, vemos en infinidad de videos que en las persecuciones ellos nunca disparan, buscan acorralar al que escapa, y si este luego se baja, saca un arma, aunque sea un cuchillo, si no acata la orden inmediata de arrojarla y tirarse al piso ahí sí lo acribillan, lo cocinan a balazos.

Y en este suceso, se ven dos casos, que la opinión pública no debe confundir: uno el irresponsable del padre, que debe ser multado o sancionado por no acatar la orden de detención; y el otro la actitud criminal y violenta de los policías que deben ser juzgados, apartados de la institución y, si les cabe, encarcelados; además de investigar la responsabilidad de sus superiores y si hay acciones de cohecho en el ámbito.

Y la frutilla que corona el postre, un postre de terror, las declaraciones del ministro; porque llamar a este hecho “accidente” anonada a cualquiera por la ligereza de las mismas; esto me hizo acordar algunas salidas que tenía el expresidente Cartes, como: “qué querés que haga con el muerto” y otras, aunque a la vista del tiempo aquellas se ven mucho más inocentes y jocosas que esta; además parece que no se enteró que la fiscal imputó a los policías por “tentativa de homicidio, omisión de auxilio y lesión corporal”, ¡y todo por un simple "accidente”!


https://www.abc.com.py/lectores-opinan/2020/06/15/uso-de-la-fuerza/#

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