ARGENTINA, PERÓN, EL NAZISMO Y EL PARAGUAY


Ahora, leamos lo que escribió, o describió como pintura de época, Juan Stefanich en su libro "El 23 de octubre de 1931", publicado en Bs. As., en 1959 (pp. 258-60), sobre el período argentino de Perón, la influencia nazi en la Argentina y su relación con el Paraguay (las mayúsculas son del original):

El cauteloso Paraguay, tradicionalmente alerta, fue hábilmente seducido. El líder justicialista fue diestro y fino en su política de seducción paraguaya. Hizo dos viajes al efecto; el primero fue de observación y estudio, durante el cual se limitó a estudiar al Paraguay y a los paraguayos. Percibió en esa oportunidad la fibra sensible y el punto flaco paraguayos. Y recién en su segundo viaje se lanzó a fondo desplegando todos los recursos de una estrategia consumada: habló de HISTORIA, habló de corazón a corazón, del valor heroico de su Ejército, de la devolución de los trofeos de la guerra de 1865, regaló su espada en una emotiva reunión de jefes militares en los cuarteles paraguayos y proclamó como una aspiración y un honor el poder batirse al frente de una División paraguaya!.
Una emoción perlada de lágrimas cerró el acto. Perón había conquistado espiritualmente al Paraguay. La destreza de aquel hombre fuerte y sus agudas dotes de psicólogo, le habían abierto el camino de la conquista. Solamente DIOS podría salvar al Paraguay.
Y la verdad es que DIOS tuvo intervención y puso su mano en los acontecimientos que fijaron la suerte definitiva de aquella política militar argentina, tan fuerte y ardientemente conducida por el hombre singular y poderoso, cuya estatua iba a alzarse sobre el RÍO DE LA PLATA, mirando al Continente americano, desde una altura de ciento treinta y dos metros. [Algo parecido quisieron hacer en la URSS con Stalin, en vida del dictador].
Las bombas de la REVOLUCIÓN LIBERTADORA del 16 de setiembre de 1955 cambiaron las grandes rutas de los acontecimientos rioplatenses. El inmenso y omnímodo poder, tan cabal y completamente ajustado a todo el organismo de la nación argentina, se desplomó a tierra en forma inesperada y sorprendente. Y en una mañana nublada, entre la fría llovizna que cubría la ciudad, el poderoso general Perón, líder continental como Hitler, se embarcaba sigilosamente en un cañonero paraguayo como asilado político, en busca de un camino hacia la expatriación.
Acababa de desmoronarse el más grande peligro para las pequeñas naciones del Plata. Las determinaciones imponderables del destino habían truncado un serio amago a la independencia de la Nación paraguaya y por imperio inescrutable de las circunstancias, el Paraguay acogía bajo su protección al peligroso amigo que tan diestramente pulsó su corazón.
Toda América se sintió transportada de júbilo con la solución del ‘caso Perón’ y el Río de la Plata se conmovió de un extremo al otro al ritmo de los cantos y de los himnos de la liberación argentina. Una especie de luna de miel de la libertad encendía de gloria y entusiasmo al Uruguay y a la Argentina. Al Paraguay le tocó cumplir en esa hora el lado áspero y dramático de la situación, como ha ocurrido siempre en su historia. Mientras se aclamaba la victoria de la libertad y de la democracia en las dos naciones, la nación paraguaya debía cumplir el otro polo de la democracia y de la libertad, amparando con su bandera el derecho de asilo y la vida del perseguido político.
Nunca fue el Paraguay tan grande como aquel día. Su pabellón de tres colores en lo alto del mástil del solitario y pequeño cañonero, nerviosamente rodeado por toda la escuadra argentina de río, con sus poderosos cañones apuntando a la pequeña nave paraguaya y dispuesta a hundirla a la primera señal.
Así fue siempre el Paraguay histórico. Defensor del derecho y protector de los perseguidos. La valiente protección diplomática prestada entonces al general Perón, salvándole de las iras de sus compatriotas, no lo fue, desde luego, al conquistador frustrado, sino al argentino amigo, al político caído y al perseguido en una hora de adversidad política y de desgracia.
Así fue el Paraguay en todos los tiempos.”
Hasta aquí lo escrito por Stefanich, y convengamos que, después de leerlo, no se puede seguir sosteniendo el mote de nazi o fascista con que aviesamente etiquetan al gobierno de Rafael Franco, y tampoco, como expreso más arriba, los de socialista, comunista o militarista. También es más que evidente la conexión ideológica que hay entre nazismo-fascismo y socialismo, que no son ideologías antagónicas como nos quieren hacer ver, sino todo lo contrario. Y un detalle más, es inevitable de comparar aquellos dos primeros gobiernos Justicialistas, y a Perón mismo, con el proceso actual de Venezuela, con Chávez y Maduro, solo que los venezolanos no tienen la suerte, hasta la fecha, que tuvieron los argentinos en 1955.
Y la pregunta final, que queda latente, porque si aquel gobierno que surgió el 17-2-1936 no fue ni pronazi, ni militarista, ni fascista, ni socialista y menos comunista, entonces ¿qué fue?
A mi modo de ver, por las obras realizadas; por la reivindicación de nuestros próceres, que fueron vilmente calumniados a lo largo de la historia de posguerra; por la defensa irreductible de nuestros derechos sobre el Chaco; por la apertura a la inmigración; por la defensa de los derechos de los trabajadores sin menoscabo de la empresa privada; porque se eligió a los mejores hombres del momento para la conducción del gobierno; por su ejemplar reforma agraria que alentó la producción y por la honestidad de su proceder; entre muchos otros valores a destacar; entonces la respuesta es que aquel fue un Gobierno medularmente paraguayo, con ideas profundamente democráticas que reató el secular hilo soberano y de progreso histórico truncado en 1870.
Y si ese Gobierno no logró el retorno a la normalidad Constitucional no fue porque no estaba en sus planes hacerlo; el retorno a la vida democrática no se logró porque la miseria mental, corrupción y codicia de nuestros políticos de entonces, no lo permitieron; políticos con la misma mentalidad de aquellos que formaron la Asociación Legionaria, que antes que no tener el poder preferían arrasar el Paraguay o entregar su soberanía a otra Nación.
https://www.paraguaymipais.com.ar/opinion/argentina-peron-el-nazismo-y-el-paraguay/?fbclid=IwAR1KhEw3XNoITsuSUNMoKSLydrTNhJ9TNg4hpEJUSLUK2Lp2hhFSkO7y_n0
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