La derecha no existe y la izquierda es un gran fraude




Así se puede
entender el mecanismo mental-moral que tienen y que no les mueve un
pelo el saber que su ideología produjo a lo largo del siglo XX más
de cien millones de muertos, ellos viven su sueño revolucionario;
así apoyan con su silencio lo de Nicaragua, lo de Venezuela, lo de
Cuba, todo lo que pasa en el continente africano y los muertos por la
corrupción. Pero por otro lado les gusta victimizarse, noten que es
un buen negocio: defienden a sus agentes terroristas recurriendo a la
Justicia donde reclaman decenas de millones de dólares como
indemnización, como es el caso de los secuestradores y asesinos
paraguayos que una corte internacional de derechos humanos les dio la
“derecha” y dice que el Estado le tiene que pagar a estos unos
sesenta y tres millones de dólares, porque fueron “torturados”;
de la mujer asesinada y su familia no dicen nada.
Con esta doble moral
es que el espectro de la izquierda se llevó miles de millones de
dólares con los juicios por las llamadas víctimas de “terrorismo
de Estado”, por desaparecidos (que luego una buena cantidad resultó
aparecida), juicios pagados por todos y todas. Y es de destacar que
el pago de este tipo de juicios se realiza exclusivamente en el mundo
libero-capitalista. Pero lo que no se conoce, al menos nunca escuché,
es que las personas que han vivido bajo dictaduras marxistas y
sufrido torturas cuando no asesinatos, exilios y desapariciones,
hayan cobrado ellos o sus parientes alguna vez una moneda. O es que
los deudos de los balseros cubanos desaparecidos en el mar, o los
asesinados por el Che, las víctimas de Ortega, de Chávez y Maduro,
¿algunas vez cobraron algo? Mejor lo dejamos ahí, porque no creo
que haya dinero suficiente en este mundo para pagar a las víctimas
del terrorismo de estado marxista o socialista.
Pero, ¿cómo todo
esto es posible si está todo a la vista?, ¿cómo pueden pasar
desapercibidos tantos millones de asesinatos y tanta injusticia?,
¿cómo puede suceder este engaño, este monumental fraude,
permanecer tanto tiempo y se siga propagando, generación tras
generación, esta nefasta ideología como si nada? Es simple, para
ello están los grandes medios, para controlar lo que la gente lee y
escucha todos los días; para dirigir la opinión pública; y esto no
es tan difícil, porque la gran mayoría solo se queda con los
títulos y no tiene un pensamiento crítico, su nivel de
conocimientos está acorde con su razonamiento, limitado al día a
día, a la lucha por sobrevivir, a pagar las cuentas, a conseguir
trabajo; y sus distracciones suelen ser la novela, un programa de
chismes, el deporte, una cerveza o café con los amigos, no tienen
tiempo para leer e instruirse. La persona media cree estar informada
al leer los títulos de pasada y escuchar las opiniones sobre tal o
cual tema que dice su locutor preferido, que le sirve en bandeja un
análisis político o económico como si fuera un caldo instantáneo;
entonces ya está, ¡para qué pensar! Y es así que tenemos una
población que puede rondar el 60-70% totalmente alienada, con
pensamientos de otros, no propios, a las cuales es fácil crearles
estereotipos.
Los medios
liberales, o de “derecha”
La gente debería
preguntarse sobre este particular accionar de los grandes medios,
catalogados como liberales, independientes y de “derecha” por el
mundo progre: ¿por qué razón los medios, grandes cadenas inclusive
como CNN, frente a un Bolsonaro o Trump se manifiestan en forma
corporativa en contra de estos candidatos y se dedican
permanentemente a criticarlos, cuando no a burlarse, por cualquier
nimiedad, provocándoles un desgaste diario, además de hacer
circular noticias tendenciosas y escandalosas en torno a sus figuras?
Noten que ni siquiera el mortal atentado que sufrió el brasileño
mereció mayores comentarios en las noticias, ni un poco de
preocupación por el estado de salud y menos si el atacante fue
solitario o partícipe de un complot, o qué fue de su vida, no hubo
un seguimiento de la noticia. A su vez, los mass media generan en la
opinión pública alrededor de estos candidatos el peligro de la
ultraderecha, el fascismo, el racismo, el gatillo fácil, la
homofobia, etc., en una andanada de noticias diarias que casi se
diría logra una histeria colectiva alrededor de los mismos; así no
han faltado infinidad de marchas de protesta en USA luego del triunfo
del republicano; otro tanto pasó en México hace algunos años
cuando perdió el actual presidente que no reconocía el triunfo del
adversario, y se espera algo similar en el Brasil, que supongo no
suceden aún porque están en período de vacaciones, pero ya vendrán
las consabidas marchitas en febrero o marzo, Carnaval incluido.
Pero por otro lado,
cuando gana un socialista como AMLO, que se identifica con Maduro y
puede llevar el país a un desastre similar al venezolano, a los
medios no les causa tanto escozor. Es más, estos no buscan dañar la
imagen de este señor, la protegen y pasa casi como desapercibido;
aquí para ellos no existe ningún peligro de ultraizquierda. Cuando
fueron las elecciones en Colombia, hace poco, la prensa dedicaba todo
su espacio al candidato Petro, el socialista; el otro ni siquiera
figuraba en las noticias, todo era el castrobolivariano, “Petro
dijo esto, dijo lo otro…”, al final uno se entera que existía
otro candidato llamado Duque en la última semana, cuando las
encuestas le favorecían y además porque ganó, pero luego de su
triunfo de vuelta al ostracismo. Hace poco hubo un escándalo
mayúsculo con el perdedor Petro, donde se lo ve en un video que
recibe una millonada de coima, y esto para los medios tampoco fue
noticia; sin embargo, si una ministra o secretaria de Bolsonaro dice
que los niños tienen que ir de celeste y las nenas de rosa, sí para
ellos es un escándalo.
Es que los medios,
que aparecen como liberales o “de derecha” según la progresía,
son parte de la gran comedia universal, del gran juego del engaño
político; porque aquí, con un poco de razonamiento, es fácil darse
cuenta de qué lado están; porque a la luz de los hechos, de las
noticias, de la manipulación de las mismas, el balance es totalmente
desfavorable para los candidatos como Trump y Bolsonaro, a los que la
gran prensa se encarga de satanizar diariamente. Imagínense por un
instante que estos digan algo como: “la multiplicación de los
penes”, “el cultivo de pollos”, “ellos roban como nosotros”,
“la soja es un yuyo”, “la diabetes es una enfermedad de ricos”
y otras barbaridades, ¿cómo creen que hubieran respondido los
medios?, ¿igual que lo hicieron con los que han dicho estas
estupideces, los referentes-líderes del socialismo latinoamericano,
que pasaron casi desapercibidas si no fuera por las redes sociales, o
los hubieran destrozado? La respuesta es evidente y está a la vista:
los hubieran destrozado.
Yo creo que los
medios responden a poderosas familias que se mueven en forma
corporativa, casi como un “cartel”; entiendo que los multimedios
son, extraoficialmente, detentados por multimillonarios que apoyan
directamente a candidatos liberosocialistas como los Clinton, Obama,
Carter, Piñera o Macri, a los que siempre brinda, al contrario de
los mencionados en el párrafo anterior, un tratamiento delicado y
les da un aureola de cuasisantidad (inclusive al finado tirano Fidel
Castro la CNN jamás se refirió de él como “dictador”, como sí
lo hacían con Stroessner, Pinochet o Videla); mientras que,
indirectamente, brindan protección personal y no ridiculizan a los
candidatos del socialismo como Lula, Dilma, Petro, AMLO o Bachelet.
Esta protección se extiende a nivel internacional, porque el
candidato de estos puede tener una pésima imagen dentro de su país,
pero afuera pasa todo lo contrario; así ha pasado y pasa con
Allende, con Alfonsín, con Carter, con Mujica, con Dilma, etc.
Recuerdo en mi
juventud e infancia la radio y los diarios como únicos medios de
información, luego vino la televisión, donde los noticieros duraban
poco, algunos quince minutos, a lo sumo media hora, paulatinamente
fueron extendiendo estos programas, hasta aparecer, hará tres
décadas, señales dedicadas exclusivamente a transmitir noticias las
24 horas, y estos programas se hicieron populares; hoy pululan los
canales puramente informativos, que repiten las noticias al mismo
tiempo, con programas de opinión y de discusión en donde casi
siempre son los mismos los invitados. Bien, esta andanada de news no
es para que usted esté informado y saque sus conclusiones, esto es
para que usted escuche lo que ellos quieren que escuche, que piense
lo que ellos quieren que piense, ellos imponen el tema que se habla
en la calle diariamente, hacen que viva con miedo y desconfianza por
la inseguridad (esta no deja de ser una realidad, pero cuando matan a
un chorro al primero que persiguen es al policía o la víctima del
delincuente, el “gatillo fácil” es exclusivo para el policía
jamás para el delincuente), le hacen sentir vivir en un país que no
tiene arreglo, y sobre todo buscan que sea parte del juego de la
grieta, que tome una posición, “de derecha o de izquierda”.
Y después nos hacen
creer que hay “libertad de prensa”. Ya lo dijo Jean-François
Revel en su obra “El conocimiento inútil”: “La primera de
todas las fuerzas que dirigen el mundo es la mentira”, y ya sabe
quienes controlan esta fuerza que las veinticuatro horas penetra en
su hogar. Por suerte hay otra fuerza superior, la que nos brinda la
Esperanza y hace posible la solidaridad, que sin ella este mundo hace
tiempo habría desaparecido; es la Fe, basada en la Verdad, que
aporta valores distintos a la comunidad, otra opción de vida
radicalmente distinta, que muestra el Camino donde otra Vida es
posible, totalmente distinta a la que nos proponen liberales y
marxistas, ambos ateos y materialistas.
Por último van
estas expresiones que entiendo trastocan los planes de liberales,
marxistas y el cuarto poder que los ampara:
“Cuando las
personas son capaces de vivir según sus convicciones y hablar
abiertamente de su fe, enseñando a los hijos lo que es correcto,
nuestras familias prosperan, nuestras comunidades florecen y nuestra
nación logra cualquier cosa. … Necesitamos fe en Dios para ser una
gran Nación”. Donald Trump.
“Soy una
persona comprometida con los valores de la familia cristiana.
… No soy el más capacitado, pero Dios capacita a los escogidos. …
No podemos seguir coqueteando con el socialismo, con el comunismo,
con el populismo o el extremismo de izquierda. … Dios encima
de todo”. Jair Bolsonaro.
http://www.paraguaymipais.com.ar/opinion/la-derecha-no-existe-y-la-izquierda-es-un-gran-fraude/
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