LAS PATAS DE LA POBREZA


Y existen diversas
formas de trabajo esclavo o explotación servil, el más conocido y
más grave es el de la trata de personas, la prostitución; está el
trabajo infantil en diversas partes del mundo, por ejemplo los niños
que extraen mica en la India, los talleres clandestinos, etc. etc.
Pero hay una
explotación silenciosa que se lleva adelante donde todos pagamos a
un patrón o socio que se nos ha impuesto por ley, el Estado.
De lo que no se
habla es de lo que el Estado le saca al trabajador en descuentos y
aportes patronales, que es cercano al cien por cien, o sea que si uno
gana mil hay otro mil que calcular, y esto la empresa lo retiene
sumando aguinaldo, vacaciones, cargas, seguro, indemnización, etc.;
y encima si el salario pasa de un límite pueden llegar a quitarle en
la declaración anual de ganancias más de dos salarios por año.
Y mientras tenemos
un Estado, donde gran parte de sus funcionarios, al igual que en el
antiguo imperio y medioevo, llevan una vida fastuosa durante sus
cargos y después de finalizados, gracias a las jubilaciones de
privilegio que generosamente se auto-otorgan, además de tener que
sostener con los impuestos un Estado elefantiásico, superpoblado de
empleados, donde los de arriba se arrogan el derecho de cobrar por
sus pobres servicios salarios fabulosos con pasajes en primera clase,
viajes con todos los gastos pagos, servicio de chóferes,
guardaespaldas, sin contar con los vueltos que se quedan, los
porcentajes de grandes y pequeñas licitaciones, compras por caja
chica y donde se pueda rapiñar; inclusive se quedan con parte o
salarios enteros de empleados que logran se los nombre; sin hablar de
la connivencia con los sindicatos, que es otro cáncer.
Y nos
escandalizamos, hasta ahí nomás, al ver exjueces, algunos bien
degenerados, con fabulosas jubilaciones, que no pagan ningún
impuesto, que si quieren pueden comprarse un auto de media gama
mensualmente, o personas que pasaron por la función pocos años y se
jubilaron con sumas millonarias, mientras que los que trabajaron
treinta o más años reciben migajas y mala atención para su salud.
En cuanto a los
impuestos, que con ellos se sostiene la Nación, nadie dice que no
son necesarios, solo se pide que sean lógicos y que se utilicen en
forma correcta, que no sean una forma de expoliación encubierta;
porque, por ejemplo, hay un impuesto que llaman “ingresos brutos”,
es del 4% sobre el total de lo recaudado, ahora fíjense que ese 4%
se transforma en un 20 o más por ciento cuando se aplica solo sobre
la ganancia. Si uno tiene algo que le costó 800 y lo vende en 960,
pensando que un margen del 20% es suficiente, su ganancia será 160,
pero dicho impuesto le sacará sobre el total 38,40, que deducido de
sus 160 le quedarán 121,80, y ese 4% al contabilizarlo sobre los 160
resulta que se transforma exactamente en un 24%, o sea que
proporcionalmente el Estado tiene más margen de ganancia que usted
que pretendía conformarse solo con un 20; además este sistema
implica que si usted reduce su margen de ganancia más porcentaje se
lleva el Estado, con lo cual usted está obligado a no conformarse
con un mísero 20, le tiene que agregar un 50 por ciento por lo
menos, y hay productos que vienen ya de fabrica con precio fijado que
es mucho menos del 10%; y haciendo el mismo cálculo con este
porcentaje nos da: su ganancia es 80, el estado le quita 35,20, el
44%, usted en realidad gana, después de todo el trabajo, la
inversión, el riesgo que puso, la pérdida si es que hubo alguna
falla, etc., solo el 5,5%, la mitad; así estamos con ese pequeño
impuesto que llaman ingresos brutos (deberían llamarlo brutal), que
el Estado se lo cobra por cualquier movimiento que usted hace,
inclusive si pide un préstamo.
Otro tanto pasa con
el impuesto al cheque, que fue una emergencia que ya lleva casi dos
décadas, una asquerosa metida de mano en el bolsillo, un invento
peor que el de la película citada arriba, por cada pago que usted
hace le quitan un porcentaje, y el cheque es una orden de pago de
dinero efectivo que no tendrían porqué sacar nada; pero hay que
sostener el imperio y el harén.
Luego vienen los
impuestos que aplican a los productos y dicen que solo es el 50%
cuando en realidad es el 100% y más tal vez; por ejemplo, el
combustible, sin impuesto cuesta la mitad, pero nos hacen la cuenta
de arriba para abajo, de 30 menos el 50% da 15, pero la realidad es
que a 15 le suman otro 15, o sea que es un 100%; pero esta visto que
tienen la misma mentalidad del turco que tenía un negocio en la
esquina de mi casa, él decía: “yo compro a 1 y vendo a 2, ¿qué
gano?, apenas el 1%”; así son las cuentas que presenta el fisco,
como las del turco. Todo esto sin tocar el tema de los intereses
usurarios que cobran los bancos por un préstamo o saldo en la
tarjeta de crédito, que por supuesto en el primer mundo son mucho
menores.
Y luego vienen las
declaraciones de ganancias, el iva, el recontraiva, el impuesto
vecinal, impuestos sobre impuestos, etc. etc., la cuestión es que el
sistema, como un inmenso vampiro, necesita llevarse la sangre del
consumidor final todos los meses para sostener una casta de
chupasangres, o nuevos señores feudales, que como Drácula les
gustan los palacios, carruajes de lujo y no les faltan pulposas
mujeres y musculosos boys.
Y todo tiene un
porqué y un sentido, resulta que en estos días que se debate la ley
de legalización del aborto, donde hubo excelentes exposiciones,
todas de aquellos que se oponen a la misma, ninguna de los proaborto
que solo argumentaban con falsos datos y falsas razones; desde el
ministro de Salud para abajo. Y entre estas voces que defendieron las
dos vidas estuvo la de la doctora Chinda Brandolino, que dio una
clase en el Senado el
pasado 31 de julio, en la que entre otras cosas dijo: “Soy
forense y he recogido en las palanganas de los hospitales los restos
de los bebés abortados”. “En el estudio de la demografía
encontré el origen de esta práctica promovida desde los altos
centros del poder mundial”. Habló del informe Kissinger y de las
conferencias de Población y Desarrollo que se realizaron entre el 74
y el 94. Describió los intereses de EE.UU. en los recursos de los
países en vía de desarrollo, destacando que ocultan los objetivos
demográficos en los planes de salud. Retrucó todos
los mitos
abortistas: “La primera causa de muerte en Argentina son los partos
mal atendidos”. “La legalización del aborto aumenta el número
de abortos”. “En Argentina no puede haber 500.000 abortos al
año”. “El aborto no es una emergencia sanitaria”. “No hace
falta legalizar el aborto para reducir la mortalidad materna”. “El
aborto implica una invasión en el cuerpo de la mujer que nunca es
segura”. Aconsejaba
Kissinger en su informe apoyar
la legalización del aborto y que este asunto debían presentarlo
como “derechos”, por eso es que en estos meses escuchamos
martillear en todos los medios la palabra “derecho de
la mujer” hasta el cansancio, y es así que vemos países en
Sudamérica con bajísima población, sobre todo en la Argentina.
Pero esto no es
todo; junto a estas políticas de despoblación del Norte vienen las
políticas económicas, el aumento de los impuestos en forma harto
excesiva que paga el ciudadano común, no la clase dominante, también
hace a la pobreza general, siendo los únicos beneficiados con este
sistema las corporaciones o multinacionales que tienen calculada su
ganancia hasta el último centavo libre de impuestos; además de que
pueden girar cuando quieran sus utilidades al exterior, también
libres de impuestos, son grandes agentes de retención (poderosos
medios de prensa incluidos) que tienen a su disposición la
recaudación impositiva con la que pueden especular y ganar fortunas
bajo el amparo del gobierno de turno, es así que cuando mayor el
impuesto mejor para ellos no para el Estado (caso López, que no es
uno solo tienen que haber varios López, me refiero al de los
combustibles no al de los bolsos).
Para finalizar, por
todo esto podemos entender cuáles son las razones o patas que
sostienen la pobreza en el tercer mundo: 1) los altos impuestos, 2)
el no crecimiento poblacional, 3) la destrucción de la salud
pública, 4) la baja calidad educactiva pública y 5) los que hacen
posible todo esto: la servidumbre política, políticos serviles que
representan los intereses de poderosos grupos, que son los que en
realidad dictan las políticas de gobierno en países “vías de
desarrollo”; ellos han puesto a los zorros a controlar el gran
gallinero.
Como se aprecia, las
razones de nuestra pobreza saltan a la vista, está dirigida y
manipulada desde el exterior, e internamente por sus representantes,
y da lo mismo que sean activistas de izquierda o liberales jacobinos,
todos sirven al mismo amo, al gran hermano del Norte.
Como vemos, poco y
nada cambió del antiguo imperio romano a la fecha, solo han cambiado
los nombres de los tipos de gobierno: imperio, dictadura, reinado,
democracia; emperador, rey, duce o führer, presidente o primer
ministro; de una u otra forma siempre se las arreglaron para mantener
una clase privilegiada y otra esclava. Y en el sistema impositivo
encontraron el más perfecto de los sistemas para recaudar para la
corona y así mantener en permanente “vías de desarrollo” a la
región; y más ahora con el mundo virtual, que pueden controlar,
literalmente, cada movimiento del ciudadano-esclavo: saben nuestros
gustos, nuestros gastos, cuánto tenemos en el banco, nuestra deuda,
en donde estamos parados, con quién conversamos, lo que conversamos,
etc. etc.
Una última
observación, noten que la economía en los países en desarrollo,
que son casi todos, está informalmente dolarizada; los productos, el
alimento, bienes muebles e inmuebles, todo se ajusta en dólares; lo
único que no está dolarizado es el salario; las ganancias del
imperio son en dólares, el pago al trabajador en moneda local; esto
es más o menos como lo que hacían con los mensú, les pagaban con
vales que luego debían cambiar en el almacén del patrón, que les
proveía a altísimo costo los productos de primera necesidad; el
vale ahora es la moneda local que diariamente devalúan. ¿Si esto no
es explotación, qué es?
Entonces, en
política, piense que cuando le hablan de cambio, en la práctica,
solo es un recambio; así no se a va a caer en ninguna grieta.
http://www.paraguaymipais.com.ar/opinion/las-patas-de-la-pobreza/
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