La década perdida… de la izquierda latinoamericana
Un rápido balance político de esta década que termina nos da
que para la izquierda latinoamericana, de vivir una fiesta la década anterior,
los 2000, la actual es una desgracia, los muchachos están como con una resaca
luego de una noche a puro alcohol (bien berreta en este caso), y lo peor es que
la pesadilla aún no termina, faltan casi dos años para el fin y en el horizonte
de la que viene parece que va a continuar. Aunque como sabemos, los camaradas nunca
aceptan una derrota y menos reconocen fracasos; pero la procesión que les va
por dentro buscan exteriorizarla, la catarsis la hacen casi todos los días en
infinidad de piquetes, paros, dando noticias falsas y poniendo palos en cuanta rueda
y ruedita ven, además de putear a los cuatro vientos, lo que mejor les sale.
Y no es para menos. Al comienzo de la década, ahí nomás, se
les fue el compañero Néstor (2010), un entusiasta de la primera hora del modelo
neosocialista-bolivariano-stalinista-peronista-progre, una gran pérdida; pero
bien, no todo estaba perdido, se les fue el maestro pero quedó la alumna, la
viuda, que logró sostenerse un lustro más en el curro familiar, digo en el poder.
Pocos años después otro durísimo golpe a la esperanza
totalitaria americana: se les fue el compañero Chávez (2013), que se creía y
todos creían e intuían que este iba a ser el sucesor natural del cubano inmortal
(era inmortal, pero sin t), pero no pudo ser; y es así que partió de este mundo
no sin dejar antes, a su “amado” pueblo venezolano, su heredero natural, su
pollo (o pollino) el exchofer de colectivos Maduro, que a pesar del desastroso
gobierno que lleva, la falta de papel higiénico, comida, medicamentos, las
constantes represiones, encarcelamientos y muertes que al pobre le obligan a
hacer, contra viento y marea, sentado sobre las bayonetas, lleva ya un lustro
aferrado al Titanic en que ha convertido su país.
Y cerrando esta fúnebre lista, la frutilla del postre que
puso la parca, está la partida del líder de líderes, del hombre que marcó una
época y fue guía espiritual de dictadores e infinidad de terroristas, el mejor
discípulo de Marx, de Gramsci, de Stalin; se fue el camarada-compañero Fidel
(2016), una pérdida, ahora sí, irreparable, ya que su hermano no es ni la
sombra de lo que él fue, jamás este les iba a dar un discurso de siete u ocho
horas, porque Fidel era Fidel y Raúl es… solo Raúl y menos iba a estar otro
medio siglo como él.
Luego vino la otra debacle, la política, la peor de todas,
la que se pierde el poder con votos y con juicios. El primer adelantado fue el
gauchito cura don Lugo (2012), en un juicio sumarísimo le dieron el olivo un
año antes de finalizar su mandato; tres años después le tocó el turno de dejar
el poder al argentino FpV (2015), liderado por Ella, la diosa o reina egipcia, que
no pudo legar al gran pueblo argentino a su pollo motonáutico, derrota que
tiene como consecuencia infinidad de juicios, encarcelamientos de compañeros,
dinero y bienes confiscados, que parecen no tener fin. Continuó la tragedia
“gauche” al año siguiente con la destitución de la líder PTra brasileña (2016),
la exguerrillera setentista Dilma, y, como una burla o provocación, pusieron en
su reemplazo a un viejo derechoso, medio gagá. Encima, sobre llovido mojado, el
socialismo es derrotado en Chile (2018); sí, nada menos que en el país de
Allende la izquierda es rechazada, y aquí les vuelve un viejo conocido
conservador-derechista, rescatador de mineros y sonrisa odol.
Pero el drama de la izquierda no termina, a medida que va
finalizando la década esta empeora cada vez más, ahora al candidato de la
izquierda brasileña, el líder PTro, el compañero Lula, una fija para las
próximas elecciones, lo meten preso por doce años (7-4-2018/7-4-2030), solo por
aceptar un departamentito, algo increíble, ¡doce años!; se imaginan si se
hubiera llevado la décima parte de lo que le acusan a su par argentino, cuánto
le daban, ¿mil años?
Y el panorama para lo que resta de la década sigue siendo
nefasto, ni visos de que mejore: Colombia, vuelve Uribe a pisar fuerte;
Paraguay, se perfila un estronista; y Evo no puede ser reelegido, salvo que
haga alguna que otra trampita.
Todos bendecidos por Donald Trump, que vendría a ser el
Freddy Krueger de la soñadora izquierda, con mandato hasta 2021, si es que no
repite.
No es fácil ser de izquierda.
http://www.paraguaymipais.com.ar/opinion/la-decada-perdida-de-la-izquierda-latinoamericana/
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