Paraguay entró en zona de Repichaje
Todo normal en nuestro fútbol, nada que nos sorprenda al
sumar una eliminación más en la larga lista de torneos Mundiales, ya que a la
fecha solo hemos asistido a seis de los veintiún mundiales que se disputaron,
contando el próximo de 2018.
Y lo primero es lo primero, este logro se lo debemos a
nuestros grandes dirigentes futboleros, a los que hay que felicitar
calurosamente por la coherencia lograda en casi un siglo que llevan
disputándose los mundiales. Aunque ellos, con su habitual modestia, como
siempre, no se harán cargo de semejante logro y seguirán con lo suyo.
En la zona americana solo participamos dos veces: el primer
Mundial, que se realizó en 1930 en el Uruguay y esto fue posible porque por entonces
no había eliminatorias, y México 1986; luego fuimos meros espectadores en:
Chile, Argentina, Brasil (dos veces), México 1970 y USA. No menciono otros
continentes, sería aburrido.
Y en la participación internacional de nuestros clubes
tampoco tenemos mucha relevancia, solo uno, Olimpia, nos ha dado brillo
internacional; con varias Libertadores e Intercontinental.
Esa es nuestra realidad en este deporte, una realidad muy
pobre por cierto, que no se condice con la soberbia que muchos tienen y
demuestran antes de disputarse los partidos, y sobre todo con la desmesura con
que la gran mayoría suele festejar un ajustado triunfo, la más de las veces sobre
el final, resultado que tiene más que ver la suerte o la divina providencia.
De ahí que, con estos magrísimos resultados internacionales,
no se entienda, al menos yo no lo entiendo, que se identifique a nuestra
selección de fútbol con la figura del “león guaraní”, tan popular en las redes
sociales; fíjense que lo estamos dejando muy mal al pobre león, al menos el que
está en nuestro escudo. Además, pienso que este animal no nos representa porque
no es autóctono, si alguna vez hubo algún león en el Paraguay habrá sido en un
circo o en el Botánico, como rareza; por otro lado noten que en otros países
sus selecciones deportivas sí se identifican con animales autóctonos, de su
región o continente. Un león, por ejemplo, quedaría bien en una selección
africana, sería algo coherente; pero no en nuestro país que lo conocemos solo
por foto o de verlo en el cine en las películas de Tarzán.
Por todo esto, opino que deberíamos cambiar al león por otra
especie más acorde a nuestro hábitat y que a su vez tenga que ver con la
realidad de nuestro fútbol; porque si tenemos un poco de humildad debemos
admitir que el rey de la selva a esta altura nos queda muy grande, enorme; así
es que, me parece, que el bicho más acorde y coherente con los históricos resultados
de nuestra selección nacional de fútbol, y sobre todo después de la derrota de última
(no hay error, es “de última”, no “la última”) que sufrimos como locales,
pienso sin ninguna duda que el animal que mejor representaría e identificaría a
nuestra querida albirroja, sería el Urutaú.
Posdata: Que por favor no se les ocurra proponer como alternativa
el Pájaro Campana; porque esta figura ya demostró, en los pocos mundiales que
estuvo, su condición de yetatore; cada vez que la televisión lo enfocaba al
rato nos encajaban un gol. Sí, en cambio, se podría aceptar la sugerencia de
alguna variedad de mono o víbora, algo más acorde con nuestros brillantes
dirigentes.
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